PROHIBIDO FUMAR

por Pex Frito

Ilustración de Valdi García

Soy masoquista. Ayer decidí ir a un café de la ciudad donde hay un espectacular cartel que dice “PROHIBIDO FUMAR”, le hice mi pedido al mozo y pacíficamente saqué mi paquete de cigarrillos, tomé un cigarrillo, lo prendí con mi encendedor y me puse a fumar. El mozo al instante se aproximó amablemente pero con la cara transfigurada, es que acaso yo no sabía de normas, de leyes y de controles. Con cierta insolencia le respondí que sabía, pero que estaba dispuesto a pagar las consecuencias legales que mi trasgresión acarreara y di otra pitada. En ese momento pude comprobar que rápido funciona la justicia en aquel café, ya que el mozo, el cocinero y el lavaplatos me retorcieron un poco el brazo derecho y me expulsaron del lugar, acompañado de algunos insultos cuyo contenido mi buen gusto me impiden reproducir en esta página. A ellos se sumaron los enfurecidos parroquianos que dejaron en las mesas, junto a la monotonía de sus vidas, sus brebajes para ocuparse en ese momento de mi fumadora existencia, existencia que... sea dicho de paso estaba en peligro. No cabe duda queridos amigos lectores, el coro de parroquianos no sólo era conocedor de aquellos soeces insultos que los repetían sin pausa cual canto gregoriano, sino que también pretendía poner en ejercicio su amplio concepto de justicia requiriendo una y otra vez mi linchamiento a los tres agentes gastronómicos. Ellos habrían ejecutado con gusto el reclamo popular sino hubiese sido por el hecho de que linchar fumadores iba contra la política comercial del establecimiento. Mejor que la ley que prohíbe fumar hubiese sido más sencillo que el fumador le pregunte al de la mesa de al lado si le molesta el humo y si dice que sí, buscar entre ambos la forma de no afectarse mutuamente, quizás alejándose uno del otro en el amplio salón. Pero no. Es bueno sacar leyes, decretos y reglamentaciones, es bueno prohibir, crear inspectores antitabaco y mover la pesada rueda de la burocracia que a todos nos regala frustraciones.
Para finalizar decidí irme bien insultado, bien apaleado como el cornudo y bien contento de aquel lugar, sí bien contento, recuerden que soy masoquista. A mi perturbación psíquica le viene muy bien cualquier prohibición, voy a ir a otro café donde tengan la misma concepción fundamentalista de la ley, así me cagan bien a palos de nuevo. Y recuerden queridos amigos, todos los problemas del mundo se resuelven con un estricto control y son la consecuencia de una regla que no se cumplió, por eso debemos controlar todo. Controlemos el tránsito, controlemos a los fumadores, controlemos a nuestro hijos, controlemos nuestra presión arterial, controlemos nuestra alimentación, hagamos una rutina de ejercicios físicos bien controlados, controlemos nuestro orgasmo, hagamos control mental, controlemos a nuestra pareja que no nos ponga los cuernos y llevémosle una lista bien controlada de nuestros pecados al señor cura. Evidentemente la vida pasa por el control, por eso nos salen hemorroides en el culo, de tanto controlar las ganas de cagar, en cualquier situación emocional fuerte, no te vayas a volver loco, no te descontroles, sino viene el psiquiatra y te controla a la fuerza. Bueno me despido, creo que no vale la pena recordarte de nuevo, lo que ya te dije varias veces, para mi es hermosos vivir así... controlado, soy masoquista.



http://www.diariodelanzarote.com/opinion/2011/02/160211-pex_frito.htm

1 comentario:

  1. Hola, estoy tratando de localizar a PEX FRITO, podrían por favor 
    compartirme algún correo electrónico al cual pueda escribir, 
    Necesito que me autorice el uso de uno de sus texto para la escenificación de éste.
    Soy promotora de la directora de teatro Selene Rojas de la ciudad de Oaxaca de México.
    quedo al pendiente de su respuesta, y anexo mis datos para mayor información.
    linda noche! 

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